La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
La justicia sin amor, te hace implacable.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La diplomacia sin amor, te envilece.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La oración sin amor, te hace introvertido.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La ley sin amor, te esclaviza.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La política sin amor, te hace ególatra.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.
La fe sin amor, te hace fanático.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La verdad sin amor, te hace hiriente.
La vida sin amor, no tiene sentido.
lunes, 21 de abril de 2008
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